Con silencio me
escribo. Con preguntas me escribo. Con palabras salidas de la noche me dibujo.
Son cientos las
preguntas que dibujan mi horizonte. Son miles las palabras que brotan de mis
poros. Ellas dicen el silencio, ellas
dibujan el abismo.
Me parece
entonces que “abismo” es una buena palabra. Que no esconde nada y que a la vez
dice todo. Y que al tiempo que susurra su precipicio, lo oculta. ¿Cuál es ese
misterio? ¿Cuál es la dimensión del abismo? ¿Quién dijo que el abismo es algo
donde se puede caer? ¿Acaso no puede ser esa estrella que se dibuja en mi
cabeza? ¿Por qué no mirarlo para arriba? ¿Por qué no treparlo, sondearlo a la
inversa? ¿Y si el abismo no es otra cosa que la salida hacia adentro? ¿Quién
dijo que afuera está allá? ¿Qué es afuera? ¿Existe? ¿Acaso afuera está
fuera de mis ojos?
…respiro y lo
disuelvo todo… va entrando por mis
orificios nasales toda cosa que nace de mis palabras… respiro la fruta y la
disuelvo, respiro la casa y la disuelvo, respiro el perro y el ladrido del
perro. Entonces me vuelvo un poco todo: fruta, objeto, animal… y es que soy esa
perfecta amalgama de todo lo que es, y soy el aliento que anima las palabras
con que creo el afuera, a mi antojo, a la altura de mis sueños… Entonces, por
supuesto que corono al “abismo” como a una palabra genial, sí, genial. Me
encanta abismarme porque el abismo es de color de flores, de olor de cielo, de
textura de raíces, sí. Adoro el abismo porque es la infinitud de lo posible,
porque es el misterio dejándose asomar, porque soy yo reposando como pluma,
danzando como nube, cantando como diosa, porque soy yo sin límites pre-vistos…
¡Vamos! ¡Abismémonos a la magia de las palabras! ¡Abismémonos a la alquimia de las palabras, sí! quitále las rejas a las palabras que encarcelan, quitáte las palabras-rejas, libera error culpa pecado, libera estructura determinismo deber…
¡Vamos! ¡Abismémonos a la magia de las palabras! ¡Abismémonos a la alquimia de las palabras, sí! quitále las rejas a las palabras que encarcelan, quitáte las palabras-rejas, libera error culpa pecado, libera estructura determinismo deber…
Propongo hacer
brillar el oro de las palabras, propongo sublimar las palabras-puentes, las
palabras-alas, las palabras-abras…
Propongo
volvernos Magos, propongo volvernos Magas ¡Súbete a la pluma de tu verbo! Bebe el elixir de tu poesía, escribe con tu
silencio abismal la trama perfecta de tu Libro-Vida. Escribe en colores,
escribe en óleo o en pastel. Escribe
cuentopoesianovela, escribe odasonetoguion, escribe misivatelegramadrama, ¡escribe tu canción! No importa si suena
a-rítmico, porque, ¡quién dijo que la “a” quita? ¡Vamos! Ponle A a todos tus delirios, que la A sea la libertad con que disuades
la n-orma--- disuélvete vamos, atraviesa las paredes, abre las compuertas: ¡gaza
cada cantamatra da ta sar! ¡Sa! ¡Antragata al placar da sar quan sampra sañasta
sar!
y
otra vez el silencio
Sí. ¿Que otra
cosa si no es esto que digo? Porque
¿quién dijo que el silencio es silencioso? Su murmullo es el sonido de
todas las palabras copulando a la vez, sí…
¡Oh! el gozo de
las palabras lleva escrito tu nombre, ese nombre sin letras, ese nombre sin
sonido porque es todos los sonidos y todas las letras, abismándose. Sí,
abismándose hacia el infinito.
In-fin- ito
In- fin- h- ito.
En el fin del
hito murmulla el silencio que lo dice todo.
Y “Todo” es
apenas la primera letra de ese nombre que es todos los nombres, y “todos los
nombres” es apenas la primera palabra de
ese poema que es todos los poemas, y “todos los poemas” es apenas el primer
verso de esa oda que ya puedes imaginar, sí, i-magiar… sí.
Entonces es
cierto que palabrar es el verbo, el verbo que se conjuga en sueño, en creación,
en mundo…
Y es cierto que
el verbo es arte, y que un mundo posible germina al filo de tu boca…
Y es cierto que
tu boca es un portal
Y que cada sonido
vibrando en su viaje hacia las cosas
Es la ofrenda
perfecta a la divinidad que tú eres y que yo soy.
… Bendito,
Sagrado ॐ