domingo, 17 de junio de 2012

Arta Paática



Con silencio me escribo. Con preguntas me escribo. Con palabras salidas de la noche me dibujo.

Son cientos las preguntas que dibujan mi horizonte. Son miles las palabras que brotan de mis poros. Ellas dicen el  silencio, ellas dibujan el abismo.

Me parece entonces que “abismo” es una buena palabra. Que no esconde nada y que a la vez dice todo. Y que al tiempo que susurra su precipicio, lo oculta. ¿Cuál es ese misterio? ¿Cuál es la dimensión del abismo? ¿Quién dijo que el abismo es algo donde se puede caer? ¿Acaso no puede ser esa estrella que se dibuja en mi cabeza? ¿Por qué no mirarlo para arriba? ¿Por qué no treparlo, sondearlo a la inversa? ¿Y si el abismo no es otra cosa que la salida hacia adentro? ¿Quién dijo que afuera está allá? ¿Qué es afuera? ¿Existe? ¿Acaso afuera está fuera de mis ojos?  

…respiro y lo disuelvo todo…  va entrando por mis orificios nasales toda cosa que nace de mis palabras… respiro la fruta y la disuelvo, respiro la casa y la disuelvo, respiro el perro y el ladrido del perro. Entonces me vuelvo un poco todo: fruta, objeto, animal… y es que soy esa perfecta amalgama de todo lo que es, y soy el aliento que anima las palabras con que creo el afuera, a mi antojo, a la altura de mis sueños… Entonces, por supuesto que corono al “abismo” como a una palabra genial, sí, genial. Me encanta abismarme porque el abismo es de color de flores, de olor de cielo, de textura de raíces, sí. Adoro el abismo porque es la infinitud de lo posible, porque es el misterio dejándose asomar, porque soy yo reposando como pluma, danzando como nube, cantando como diosa, porque soy yo sin límites pre-vistos… 

¡Vamos! ¡Abismémonos a la magia de las palabras!  ¡Abismémonos a la alquimia de las palabras, sí! quitále las rejas a las palabras que encarcelan, quitáte las palabras-rejas, libera error culpa pecado, libera estructura determinismo deber…

Propongo hacer brillar el oro de las palabras, propongo sublimar las palabras-puentes, las palabras-alas, las palabras-abras…

Propongo volvernos Magos, propongo volvernos Magas ¡Súbete a la pluma de tu verbo!  Bebe el elixir de tu poesía, escribe con tu silencio abismal la trama perfecta de tu Libro-Vida. Escribe en colores, escribe en óleo o en pastel.  Escribe cuentopoesianovela, escribe odasonetoguion, escribe misivatelegramadrama, ¡escribe tu canción! No importa si suena  a-rítmico, porque, ¡quién dijo que la “a” quita?  ¡Vamos!  Ponle A a todos tus delirios, que la A sea la libertad con que disuades la n-orma--- disuélvete vamos, atraviesa las paredes, abre las compuertas: ¡gaza cada cantamatra da ta sar! ¡Sa! ¡Antragata al placar da sar quan sampra sañasta sar!




                                                           y otra vez el silencio




Sí. ¿Que otra cosa si no es esto que digo? Porque  ¿quién dijo que el silencio es silencioso? Su murmullo es el sonido de todas las palabras copulando a la vez, sí…

¡Oh! el gozo de las palabras lleva escrito tu nombre, ese nombre sin letras, ese nombre sin sonido porque es todos los sonidos y todas las letras, abismándose. Sí, abismándose hacia el infinito.

In-fin- ito

In- fin- h- ito.

En el fin del hito murmulla el silencio que lo dice todo.

Y “Todo” es apenas la primera letra de ese nombre que es todos los nombres, y “todos los nombres”  es apenas la primera palabra de ese poema que es todos los poemas, y “todos los poemas” es apenas el primer verso de esa oda que ya puedes imaginar, sí, i-magiar… sí.

Entonces es cierto que palabrar es el verbo, el verbo que se conjuga en sueño, en creación, en mundo…

Y es cierto que el verbo es arte, y que un mundo posible germina al filo de tu boca…

Y es cierto que tu boca es un portal
Y que cada sonido vibrando en su viaje hacia las cosas
Es la ofrenda perfecta a la divinidad que tú eres y que yo soy.

… Bendito, Sagrado