domingo, 19 de julio de 2015

Ser Mujer Invierno

Silenciosa y profunda, detenida en la cúspide de su sentir,
La Mujer Invierno me mira.
Su Mirada de tiempo blanco abre las puertas que yo mantenía cerradas.
Primero no quiero mirar pues me aterra la oscuridad que asoma como boca de lobo hambriento.
La Mujer Invierno me ofrece su mano. Blanca y suave me enrosca sus dedos como raíces ceñidas a la Tierra.

Entonces abro un ojo.
El túnel me parece intransitable.
Sollozo.
La Mujer Invierno me ofrece sus pies.
Callosos y resueltos, su pisada firme hace temblar mi ilusión.
Entonces abro otro ojo.
Mi mirada alumbra el abismo que me seduce con su secreto.
Me quedo quieta.
Detrás de mí llevo tejida la Vida que conozco. Algunas hebras están dañadas y duelen sus fibras en mis entrañas.
No me atrevo a dejarlas.
La Mujer Invierno sigue parada, sus cabellos ligeros se arrebatan ante la ráfaga de mi incertidumbre.
De pronto me dice ¡SALTA!
La Mujer Invierno no sabe que estoy atada.
¡SALTA!...
Mi Corazón se agita, la Sangre se acelera, las Lágrimas se agolpan en mi cara...
¡SALTA!
Detrás de mí, los hilos que tejieron mi Vida parecen amarras.
¡SALTA!
La Mujer Invierno va desnuda, nada lleva, nada carga...
¡SALTA!
Un instante y basta. La Eternidad se hace camino.
Voy al encuentro de mi misma, dejando ir lo que he sido.
Se deshacen los nudos de mis tramas...
En Silencio voy navegando hacia el vacío.
Un instante me basta, ese paso hacia la nada...
Ahora parece que Sonrío...
Viajera de mi misma, la oscuridad me abraza.
En Ella van quemándose con Fuego de Verdad, las heridas, los miedos, las trabas.
Yo sólo sé que duele y que a medida que duele, pasa.
Yo sólo sé que la caída poco a poco me levanta.
El desgarro abre tierra nueva, semilla durmiente se prepara para naSER.
Y la Mujer Invierno me abraza.
Maestra del desapego, sus huellas se deshacen en la fría noche que camino.
Puedo Sonreír. Morir y Reír puedo.
Son los acordes Sagrados del Gran Misterio.
Oscuridad y Sombra son pasaje.
La Gran Mujer Invierno es Guía y Protectora.
Su barca es mi cuerpo.
Voy a lo
Profundo y ya no temo.

jueves, 8 de enero de 2015

De Momentos: La Vida

Para mi Compañero, 
viajero andante de los infinitos multiversos...



Amo lo que Somos en cada despertar.
En cada silencio que dibuja su horizonte en el brillo obtuso de la ventana.
En cada palabra que vuela traviesa a desordenar los ritmos de lo invisible.

Amo lo que somos puertas adentro.
En el silbido tibio de la tetera humeante,
En el chasquido teatral del Abuelo Fuego
En la locura de la sábana que metros abajo naufraga en el mar de los deseos.

Amo lo que somos.
En cada sonrisa que al anunciar su estallido alumbra los cuartos llenándolos de ecos.
En cada lágrima que, viva de temblores se entrega a la aventura de atravesar los duelos.

Amo lo que Somos.
Esa amalgama de versos que apilados en la memoria del tiempo va dando vida a un nuevo libro.
Ese cántaro de sueños que ahuecado hacia el centro se abisma hasta los secretos del Gran Misterio.

Amo lo que Somos.
Sin cirugías que disimulen la silueta oscura y amarga que a veces deambula tragándolo todo.

Amo lo que Somos.

Cuando la Luna Crece y el lobo aúlla, amo lo que Somos.
Cuando la Luna muere y el lobo gime, amo lo que Somos.
Cuando sangramos de la herida vieja, amo lo que somos.
Cuando dormimos, cuando Despertamos.

Cuando las burbujas se elevan en el mar de la emoción
Y las canciones acurrucan la semilla de los tiempos,
Amo lo que Somos.

Y en esta tarde en que el mapa se abre 
y los caminos se disuelven
en el susurro vacío del Universo,


Amo lo que a tientas y expandidos a los gloriosos páramos del infinito, 
Eternamente Somos.

Arte de F. Rassouli