Amadas hermanitas, aquí les comparto con mucho Amor y Gratitud una Meditación Ceremonial que nace del Amor Femenino para Honrar nuestra Feminidad y nuestra conexión con la Diosa a través del Triángulo Sagrado que es nuestro Útero y a través de nuestro Yoni que se abre a la Conexión con la Tierra y el Gran Misterio de la Creación.
Nacida para celebrar el cierre de un Proyecto hermoso que tuve la bendición de pulsar con mi hermana Elena Sofía Zambrano, La Manta Yoni reunió a una Gran Familia que desde hace algunos meses trabajó en sintonía con la Medicina de la Creatividad, honrando nuestros cuerpos y celebrando la dicha de Ser Mujeres Conscientes.
No es necesario que hayas participado de este Gran Círculo para realizar la meditación si así lo sientes, todas las Mujeres merecemos Honrar nuestro Yoni y la Conexión con lo Sagrado Femenino, recibiendo así su medicina...
Meditación Ceremonial: Honrando a la Diosa Yoni
Es propicio que antes de realizar la meditación puedas levantar un pequeño Altar que simbolice para ti la presencia de la Diosa, te ayudarán las Flores y los aromas dulces y sutiles como la esencia de Rosas o el Geranio... Pon una velita que nos recuerde la Llama de los Sagrado Femenino en nosotras mismas, y es muy hermoso realizar la meditación con Falda, pues ésta nos permite conectar mejor con nuestro Círculo de Poder Personal, abriendo el Camino entre nuestro Yoni y el Corazón de la Madre Tierra <3 Has un par de respiraciones profundas antes de iniciar la meditación, sintiendo en cada una de ellas la conexión de tu Yoni con tus pies y de tus Pies con la Madre Tierra, manifiesta tu intención de que todas las ideas limitantes y añejas asociadas a tu cuerpo y a tu Yoni queden para siempre fuera de tu Círculo de Poder, y entonces realiza la Meditación...
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“Vamos respirando profundamente, permitiendo
que el aire fluya a través de nuestro cuerpo. Cada vez que inhalamos permitimos
que una Luz cálida y dulce ingrese a nuestro cuerpo, viajando a través de él e
impregnando cada una de nuestras células. Cada pequeño rincón de nuestro cuerpo
es abrazado por la luz amorosa y compasiva que comienza a colmarnos de paz…
Respiramos profundo y nos permitimos soltar toda tensión física, mental y
emocional que aun podamos registrar en nuestros cuerpos. Cada una a su ritmo va
abrazando el Amor que entra a través del aire que respiramos y que acaricia
cada fibra de nuestro cuerpo. Sentimos nuestro cuerpo, la vida que palpita en
él. Sentimos como cada centímetro de nuestro cuerpo físico vibra y vive.
Respiramos profundamente agradeciendo nuestra preciosa presencia en estos
cuerpos que sostienes nuestros más sagrados y profundos propósitos. Guardamos
un momento de silencio mientras cada una
disfruta de su respiración, del amor que fluye a través de ella y de sus
cuerpos vivos y radiantes de Luz…
En este estado de profunda apertura,
descanso y fluidez, llevamos nuestras manos a nuestro Útero, formando con ellas
un precioso y sagrado triángulo que envuelve nuestro útero y cuya punta señala
nuestro Yoni Sagrado y el camino hacia la Tierra. Seguimos respirando
profundamente, sintiendo cómo ese triángulo se llena de Luz y Amor… Podemos
sentir como desde nuestra coronilla una hermosa y radiante Luz desciende hasta llenarlo todo… En ese
momento elevamos esta plegaria (o alguna otra con la que resuene la
facilitadora del círculo…)
“Oh Amada Madre,
Divina Señora de
los Tiempos Eternos,
Oh Amada Diosa,
En el centro del
triángulo Sagrado que Somos
Te llamamos, Oh
Madre, Oh Divina,
Para que en el
seno del Misterio que Somos
viertas tu Luz y
Tu Bendición.
Somos Tus Hijas
y aquí en la Tierra
Seguimos la
senda que nos fue entregada
Hacia el Corazón
donde se nutre la Vida
Hacia el Corazón
de la Tierra, MADRE, ábrenos la puerta.
Concédenos
Madre, la Medicina de tu Gracia,
Que nuestro Yoni
sea un Portal hacia los misterios de tu Gloria
Que nuestra
Sangre sea un Camino hacia la Fuente de tu Seno
Oh Diosa, en tu
Corazón donde Somos Una pulsamos la Hermandad
Bendice Madre
Nuestro Círculo, los Cuerpos y las Almas que lo sostienen en tu nombre
Que los Tiempos
se disuelvan en la Espiral Sagrada de tu PrEsencia
Y que el Ciclo
de la Vida se renueve en La Sabiduría de tu Corazón.
Que así sea Oh
Divina,
para cada una de
nosotras, de nuestras relaciones y del Mundo Entero.
Ahó.”
En quietud y respiración nos quedamos
sintiendo el Amor dulce de la Madre aflorando en nuestro Útero, y poco a poco
vamos permitiendo que esa hermosa energía bendita que bañan nuestro triángulo
sagrado comience a descender hacia nuestro Yoni, acariciando cada uno de
nuestros órganos internos y externos, hasta que un baño de luz que puedes sentir de color rosa o rubí
intenso comienza a descender aún más por nuestras piernas bañando nuestros pies
y continuado hacia abajo, sumergiéndose en el misterio mismo de la Tierra hasta
lo profundo, hasta fundirse con el Corazón de la Madre Tierra… Disponemos
entonces nuestro útero y nuestro Corazón para recibir esta vez la Gratitud y el
Amor de la Madre Tierra que nos abraza y nos envuelve en un cálido manto de
Amor, Generosidad y Compasión… Y sentimos como ella nos susurra su mensaje…
cada una puede escucharlo en su Corazón…
“Todo
está bien, nada escapa a la perfecta gracia Divina, Confía hija mía, y descansa
en mi Corazón… La Salud, la Abundancia y la Dicha son tu herencia divina, La
Vida es tu regalo, búscame en ella, en cada resplandor, en cada despertar, todo
está resuelto en lo profundo… El Fuego es Eterno y Voy de tu mano…”
Nos quedamos un momento sintiendo.
Continuamos respirando suavemente, el tiempo
que sea necesario… Poco a poco a través de nuestra respiración vamos otra vez
accediendo a este precioso presente. Vamos sintiendo nuestro cuerpo, nuestros
pies, nuestras manos, nuestro Yoni y los latidos de nuestro Corazón, y nos
sentimos dichosas de estar aquí y ahora celebrando la Vida y nuestra presencia
en ellas como Mujeres hijas de la Tierra.”
Luego podemos compartir los alimentos
ofrendados previamente al altar, cantarr, danzar, reír, conversar o lo que
fluya en cada una de modo natural.
En Gratitud Infinita y abrazándolas de Corazón a Corazón, les saludo en el Amor de la Madre,
Raquel