martes, 16 de septiembre de 2014

TRENZAS: El Tejido de mis Rezos

Siendo Mujeres hilanderas,  tejedoras del tiempo cíclico, anudadora de los hitos de la Vida, el arte de trenzar el cabello es para nosotras una preciosa fuente de Creatividad y Poder. En el acto físico de unir, de tejer las fibras del cabello, podemos hilvanar intenciones sagradas que con la fuerza espiralada que va brotando de nuestras manos, se elevan al cielo y se anclan en la tierra. Es como amarrar un amuleto, como anclar un sagrado símbolo, como cantar un bello mantra. Y lo hacemos con el Poder de nuestras Palabras siempre ancladas en el Corazón... De este modo, al trenzar el cabello de nuestras hijas, de nuestras amigas, de nuestros compañeros, podemos otorgarles infinita bendición, pues junto al creativo diseño que decidamos dejar fluir a través de nuestras manos, vamos anclando nuestro rezo, vamos anclando nuestras preciosas visiones, las que se quedan vibrando en el tejido del cabello y acompañan a quien lo lleva en su travesía por la vida. Es un acto de amor y de confianza. Si alguien nos ofrece su cabello es porque ese alguien confía en nuestras manos y en su sabia capacidad para trenzar y dar forma a lo que no lo tenía. Ese es el Poder que aquí movilizamos... BenDECIR! Co-crear Amor en el Acto Sagrado que es Trenzar la Vida, de tal forma que Hacer una Trenza puede Ser un bello y sagrado Ritual para Honrar a nuestras Hijas o Hermanas... 

Arte de Claudia Tremblay
RITUALITO: 

Párate frente al cabello de la persona a quien vas a hacerle la Trenza. Saludando a Su Yo Superior y Honrando su PrEsencia, tomamos su cabello, que es un cuerpo sutil, energético y sagrado, e inhalamos anclando nuestras raíces y pidiendo que todas nuestras expectativas y pensamientos se entierren también junto a nuestras raíces. Luego Respiramos y sentimos el latido vivo de nuestro Corazón, Templo del Gran Espíritu, y de nuestro Útero, Templo de la Diosa y visualizamos como desde nuestro centro el Amor se expande por nuestros brazos hacia nuestras manos, y de nuestras manos al cabello que vamos a trenzar. Rebosantes nuestras manos de Amor y de Colores, ancladas nuestras raíces, nos volvemos al Cielo con la Intención, y entonces elevamos nuestro Rezo, el que fluye del Alma, que puede Ser de Bendición, de Protección o de Gratitud... Y trenzamos, rezando, orando al Gran Espíritu. Cada uno de nuestros nudos guarda para la persona la bendición del rezo, cada giro moviliza esa energía que queda impregnada como un Tesoro. Al Finalizar damos las Gracias por el honor de Poder realizar tan bello Servicio, besamos la trenza y damos nuestro trabajo por finalizado.

Con Amor Infinito,
Raquel